AUDITORIA FORENSE
Existen 2 términos que han tomado una gran relevancia en el mundo del Compliance: los planes de remediación y la mejora continua; los cuales, por supuesto, van asociados a la premisa que indica que:
“El fraude y los actos de soborno no son fenómenos estáticos”.
Pues hoy, en un mundo económico, administrativo y tecnológico en constante evolución, las variables a controlar son exponenciales, creando un sinfín de oportunidades para los malos manejos y para las oportunidades de tomar ventajas “indebidas”.
No obstante y, afortunadamente, existen elementos técnicos que, en la actualidad, se han convertido en herramientas de creación para ambientes confiables y seguros y, una de ellas es, precisamente, la auditoría forense.
Así que, si deseas saber más del tema y averiguar las razones principales para realizarla, por favor sigue leyendo, pues te daremos todos los detalles.
¿QUÉ ES LA AUDITORÍA FORENSE?

Para empezar, hablemos un poco sobre qué es una auditoría forense, pues se trata de una técnica o proceso (como si se tratará de unir las piezas de un rompecabezas) que:
Tiene por objeto participar en la identificación de la causa-raíz de posibles fraudes, actos de corrupción, crímenes corporativos o de “cuello blanco”, lavado de dinero, financiamiento de terrorismo, siniestros, robos de inventarios u otros activos de la empresa e, incluso, discrepancias entre socios o accionistas, en los que se sospecha existe alguna elusión de las normas legales, ya sean locales o internacionales.
Integra conocimientos documentales, tecnológicos y contables que apoyan a procesos jurídicos en materia de litigios y en procesos laborales, criminalísticos (probatorios para el debido control organizacional), financieros, administrativos y civiles, entre otros.
Proporciona información y opiniones con base a hechos, además de que colabora con los distintos departamentos al interior de las empresas, incluyendo:
- Compliance
- Auditoría Interna
- Contraloría
- Comités de Ética
- Recursos Humanos y Tecnología de la Información
Así como con los miembros del Consejo, Directorio o dueños y como soporte a despachos de abogados a fin de esclarecer posibles actos ilícitos o delitos y ser su aliado estratégico en litigios.
Y, por lo tanto, para realizarlo, se requerirá de un equipo multidisciplinario que puede incluir (dependiendo del tipo de auditoría forense): abogados(as), contadores(as) forense(s), financieros(as), informático(as), grafotécnicos(as), ingenieros(as) informáticos y personal experto en procesos, riesgos enfocados a Compliance, seguridad física o patrimonial y cualquier otra disciplina que requiera la investigación.
RAZONES PARA REALIZAR UNA AUDITORÍA FORENSE

1: Identificar y demostrar fraudes o actos ilícitos
En primera instancia y, cómo ya mencionamos en su definición, la principal razón para realizar una auditoría forense es la de identificar y, en todo caso, demostrar, la posible existencia de fraudes o actos ilícitos, llamándose en este caso, de tipo detectiva y en la cual podríamos encontrar:
- Origen de los hechos.
- Efectos (directos e indirectos) y cuantía del daño.
- Autores, así como posibles cómplices o encubridores.
- Tipificación.
- Opiniones e información cierta y objetiva (con base a hechos).
Anotando que, dado lo anterior, sus resultados (de ser positivos) suelen ser expuestos ante la justicia conforme a la estrategia legal que adopte y plantee la empresa, su área jurídica y de Compliance y sus asesores o despacho de abogados, a fin de que el organismo adecuado emita sentencia conforme a la ley.
2: Recopilación de evidencias sustentables
Y, bueno, justamente para poder lograr lo anterior, otra de las razones para aplicar la auditoría forense es para poder recopilar de forma suficiente, evidencias que sean completamente sustentables para confirmar o subestimar los hechos, lo cual se podrá hacer a través de:
- Técnicas y procedimientos diseñados para demostrar la consumación de un delito en perjuicio del patrimonio de una entidad.
- Preservación de información digital localizada en medios digitales y electrónicos, incluyendo identificación y recuperación de archivos posiblemente borrados o alterados.
- Investigación contable de todas las partidas y movimientos que fueron realizados en el periodo a revisar.
- Evaluación de procesos y procedimientos de las distintas áreas de la entidad, así como de los documentos empleados en su desarrollo.
- Entrevistas directas, tanto informativas como confrontativas.
- Identificación de conexiones a la alegación en bases públicas y privadas.
- Minería de datos.
Lo cual nos llevará no sólo a conocer el hecho en su totalidad, sino también, a las personas involucradas y al grado de responsabilidad de cada una.
3: Contar con un programa preventivo para la defensa y respuesta ante una investigación.
A diferencia del punto previo, el Compliance también puede ser preventivo, pues puede ayudar a las diferentes organizaciones a saber cómo prevenir, disuadir o proceder ante distintas situaciones o acciones que puedan estar alrededor de un fraude o de actos ilícitos.
Por lo que, entre otras cosas, este tipo de auditoría podrá crear:
- Programas y/o controles antifraude, anticorrupción, antilavado de dinero, de competencia económica y sobre otros aspectos regulatorios relevantes, con un enfoque basado en riesgos.
- Esquemas de alertas tempranas sobre irregularidades o sospechas legítimas.
- Instauración de canales de denuncias, los cuales son muy diferentes a los canales de quejas de servicio y atención a clientes.
- Recomendaciones para el fortalecimiento de controles y auditorías internas.
- Códigos de conducta para colaboradores y terceros a fin de fortalecer la identidad y filosofía de la entidad.
Siendo un enfoque dinámico y proactivo que ayuda no sólo al presente, sino también, al futuro de las empresas.
4: Fortalecimiento de estructuras y sistemas internos con enfoque en la mejora continua
Por otro lado y actualmente, muchas organizaciones ya cuentan con sistemas completos de auditoría interna o programas de compliance (más allá del ámbito regulatorio, como un mecanismo para “jugar en las grandes ligas”) debido a la necesidad de cumplir con distintas normas y certificaciones, por lo que, otra razón para aplicar una auditoría forense será el fortalecimiento de éstas, a fin de poder realizar una evaluación de riesgos continua.
Así, se buscará aclarar e identificar las fallas ante materializaciones de riesgos que terminen en investigaciones, usando a la auditoría forense para crear o robustecer el ambiente de control con un buen esquema de comunicación y monitoreo.
5: Crear nuevas propuestas de lucha contra el fraude y la corrupción
Finalmente, la auditoría forense también servirá para fortalecer la lucha contra el fraude, la corrupción y cualquier otro tipo de acto ilícito, principalmente y a través de:
- Impulsar la promulgación y aprobación de políticas, procedimientos y controles que constituyan un marco normativo para acciones efectivas y eficaces, así como promover una cultura de integridad y Compliance.
- Expedir códigos de ética y conducta (la columna vertebral de un Programa de Compliance), así como su difusión y acatamiento, junto a los demás vehículos y normas que robustecerán a los mecanismos de control.
- Establecer los mandatos de investigación interna a través de la auditoría forense e identificar siempre la causa-raíz.
- Respaldar y brindar protección reputacional e institucional, pues hoy, es uno de los mayores activos de cualquier organización al agregar el valor de la acción y velar por los intereses de los accionistas y de la sociedad.
Siendo esto posible al crear unidades administrativas integradas que tengan personal altamente calificado en la materia; sin duda, un esfuerzo continuo.
LA IMPORTANCIA DE LA AUDITORÍA FORENSE

Desgraciadamente, los fraudes y otras actividades ilícitas son muy comunes en todo tipo de organizaciones, aunque suelen ocurrir más, si no se cuentan con controles internos o si éstos son demasiado endebles o parte del comportamiento continuo de la Alta Dirección.
Por lo tanto y como vimos, la auditoría forense será la herramienta o proceso para detectar e identificar delitos o crímenes financieros y corporativos, de “cuello blanco” o fraudes en todo tipo de entidades, pues servirá no sólo para esclarecer los hechos ocurridos, sino también, como medida preventiva, de remediación, promoción y establecimiento de nuevos controles, así como para el desarrollo de una cultura de integridad, generando confianza y seguridad ante los inversionistas, los accionistas y la sociedad.