VIOLENCIA DE GÉNERO
La violencia de género ha sido y sigue siendo una de las manifestaciones más claras de la desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres.
Desde hace unos años y derivado de movimientos feministas a nivel global que exigen cero tolerancia a situaciones de agresión y acoso sexual contra mujeres, para evitar que estos actos se conviertan en crímenes que pueden ir desde violaciones, desapariciones y feminicidios; es que se ha tenido que manifestar públicamente el desacuerdo ante costumbres, normas, políticas, leyes y en general cualquier orden social consentido que denigre y permita violencia contra las mujeres.
Por ello, tomando en cuenta las recomendaciones y ordenamientos internacionales emitidos por organizaciones de derechos humanos, es que hoy día es más común escuchar del tema como problemática aunado a buscar alternativas y mecanismos de solución cuyo alcance no limite la prevención, denuncia y por supuesto la sanción para el agresor.
Dentro del sector gobierno, se tienen que cumplir una serie de ordenamientos legales cuyo objetivo es prevenir la violencia de género ya sea por norma oficial, tratado o declaración internacional.
Probablemente en el sector público se hace respetar mas la norma que en el sector privado. ¿Por qué lo decimos? Las empresas pequeñas, medianas o grandes tienen una responsabilidad no solo con sus clientes sino con el factor humano que lo integra. A pesar de que cada vez las empresas comienzan a valorar la importancia de contar con Comités de ética, en temas de violencia de género pueden no estar a la altura de la necesidad.
Hacer que las empresas respeten sus normas y protejan de manera integral ante cualquier situación de abuso o acoso a las mujeres, es un reto que no muchas están dispuestas a desarrollar, principalmente porque no son conscientes como organización de los riesgos que esto produce y no cuentan con el personal calificado que visibilice estas necesidades.
Existen pocos estudios que muestren y evidencien la disminución de la calidad de los trabajos y de la productividad de las mujeres en los centros de trabajo cuando se sienten amenazadas antes situaciones de acoso verbal o físico. La denuncia es limitada por el temor a represalias principalmente cuando el agresor tiene un nivel jerárquico superior que subordina a la víctima y esta no puede hacer nada, ya no hablemos del factor económico.
CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA DE GENERO EN EL TRABAJO

La violencia de género en los centros de trabajo que no se previene o no se visibiliza puede afectar en:
- Productividad en el trabajo de la víctima, ya que el estrés provocado por la situación de violencia genera falta de concentración y motivación en las actividades del día a día.
- Depresión, la cual se puede dar por falta de mecanismos internos en los que pueda denunciar su situación o falta de consecuencias por parte de la organización para actuar en estos casos. Lo que deriva en una situación que afecta directamente a la agredida.
- Ausentismo, las víctimas comúnmente al sentirse incomodas al asistir a sus lugares de trabajo, inconscientemente evitan asistir y/o lo que antes era una motivación ahora evitan tener contacto con su agresor. Por ello, comienzan a pedir permisos, bajando su nivel de rendimiento e incluso abandonar el trabajo sin ninguna explicación o hecho determinante.
- Inseguridad Laboral, las víctimas al no estar al 100% de su productividad y al combinarse factores como el ausentismo tiene repercusiones directas en su seguridad laboral, ya que su condición las convierte en colaboradores inestables y poco confiables.
- Inseguridad física y patrimonial, las víctimas de violencia en el trabajo están en un peligro constante de que el agresor permanentemente acose su integridad física o su patrimonio, es decir, al sentir contactos inapropiados por cualquier medio, las vuelve inseguras y están preocupadas por que les puede pasar, aunado a que muchos agresores ocupan su nivel jerárquico para manipular sus ingresos ya sea vía bonos, incentivos o no permitir su crecimiento laboral.
- Perdida de Talento, esta consecuencia puede y no ser representativa para la víctima pero sí para la empresa que deja de visibilizar a una mujer talentosa con proyección al interior de por no poder evitar o sancionar actos de violencia en tiempo y forma.
Objetivo de la instalación de las Unidades de Género en las empresas
El objetivo de estos espacios al interior de las empresas es para crear ambiente propicio de orientación y denuncia con personal capacitado y con el establecimiento estricto de protocolos que apoyen acciones inmediatas de protección para con las víctimas, y que tenga un alcance mucho más efectivo que la denuncia ante el Comité de ética, teniendo como principal factor en contra la falta de inmediatez en sus resoluciones.
Estos espacios no solo motivan a un ambiente de respeto, sino que contribuyen a visibilizar posibles riesgos para la organización por ejemplo: legales, financieros, reputacionales, etc. asimismo se conforma un espacio seguro de prevención de cualquier tipo de violencia (física, psicológica, económica, social, sexual, simbólica, laboral, etc), y en caso de existir elementos, proporcionar mecanismos de protección inmediata para las víctimas según el caso y la gravedad de la situación.
Es por ello que la búsqueda de esta igualdad se debe volver una preocupación práctica de todos, el reto de las empresas es darle este carácter diferenciador a su organización que se transmita a las empleadas y que ello mejore su calidad de vida tanto personal como profesional.
Esta Unidad de Genero puede promover otras iniciativas, que muchas empresas ya han tomado como suyas como la creación de programas de apoyo a mujeres que vivieron situaciones de violencia, fundaciones, donaciones, etc. Todas estas acciones generan cambios importantes y son vistos por inversionistas y nuevos valores como empresas atractivas para trabajar y por supuesto contratar.
El apoyo desde los centros de trabajo para evitar situaciones de violencia de genero no debe verse como una carga para la empresa sino la oportunidad para crear una cultura de cero tolerancia de acoso y abuso contra mujeres que se traduzca en productividad, creatividad y crecimiento en cualquier área de la organización.
Contribución
Noemi Festinher | Consultora en temas de Género y Compliance.
Associate Partner.